Desnudo

¡¡Ey!! Espera, que te va a comer. Tienes miedo, lo sé. Lo he olido sin querer, llevas tiempo sin sonreír, lo puedo ver, no se te contraen los músculos de los labios, lo sé.

Coge ese último tren, no lo dejes correr. Se valiente, cogelo, no lo dejes correr o nunca llegarás a ser lo que debías de ser. No te escondas en la inmensa oscuridad de la noche dónde caíste cautivo tras aquel derroche de lágrimas, rabia y sudor.

No murmures, nadie te oirá, y tus finas palabras el viento llevará. Quién sabe, quién sabrá si tus palabras a alguien sanarán. No sojuzgues lo inédito, porque jamás se sabrá.

No intentes morir desnudo, tápate, el nudismo está penado, vístete. Coge tu ropa, careta y maquillaje y travestizate en lo que no eres. Lamentarás tu disfraz el día que no sea capaz de tapar tus heridas.

Nos vigilan, acechan lobos que buscan nuestras carteras. Los asesinos serán amnistiados, y los justicieros penados por corrupción. Nada es blanco, nada es negro, cambia tu perspectiva, ángulo de visión, y cambiará el color de tu lentilla, pero no el del corazón.

Puro, puro y duro es el sentimiento de dolor. Pudor armónico el no llorar, quedar bien, no hacerte notar. Adiós caretas, adiós mascaras, quiero ser yo, adiós cortinas, adiós maletas, quiero ser yo.

Me desnudaré ante esta sociedad, y se verán mis heridas todavía sin sanar. Ese cabello oscuro que hace a mi madre palpitar cada vez que está despeinado. Ese frágil cuerpo capaz de romperse al mínimo golpe, y eso grandes píes que sostienen ese tronco joven y delgaducho que padezco. Reiré solo, nadie querrá reír conmigo, la gente se asustará, se vestirán todos más y más.

Nadie dará el paso y se desnudará conmigo. Volarán las palabras, los dichos, los sentidos. Quedarán contraídos a metáforas dignas de cualquier poema vulgar. Como los míos, que denotan el malestar por una sociedad que se esconde más y más en su mediocridad.

Somos grandes, somos únicos, podemos más. Auto confianza, humildad, todos podemos llegar. Viene la policía de la moral, me detiene, me juzga y me sostiene encadenado a la moral. Me empuja al campo del bien, para mi el del mal. Miles de muertos atacan mi moral. “Demasiados, juez corrupto”, hay demasiado juez corrupto, hay demasiado juez corrupto y nadie quiere colaborar.

Nos engordan, nos prueban como a coballas. Buscan en nuestra confianza su finalidad, poder controlar los pensamientos de la humanidad. Nos atan a principios, modas, artilugios. Buscan en cosas subjetivas una legitimidad que sólo la neutralidad del objetivo puede dar. Nos quieren engañar....

No lo conseguirán, mientras el hombre sea humano, libre y locuaz, podremos seguir adelante con esta caótica sociedad. Independencia, individualismo (no egoísmo), solidaridad, cambios de perspectiva nos harán únicos, y acabarán con esta maldad de esa fría mano que tiende a mecer esta sociedad como si fuese una cuna llena de pájaros que esperan a su mamá.