Tuesday, September 26, 2006

¡Ay amigo!

El otro día me dijo un amigo, o quizás una sombra que últimamente se mira más el fondo que la forma. Me aseveró que todo era artificial, llano, plano, finito, mortal, opaco, sin imaginación ni transparencia. El otro día me senté delante de la ventana a contemplar las maravillas de la civilización occidental. Vi a la vecina de enfrente colgando la ropa, oí a dos niños cuchicheando sobre qué narices hacía yo ahí. Entonces pensé que había llegado a el fin de la imaginación. Imaginé que todos íbamos en un mismo barco que poco a poco se iba hundiendo a causa de la falta de dirección. La masa puede que siga siendo tonta, pero los dirigentes no lo son menos. Estamos todos condenados a la gravedad de nuestros sueños (que caigan por su propio peso), a la falta de ideas. Vivimos en la era del estereotipo. Nuestras mentes están agazapadas ante él, eres modelo “A”, “B” o “D”, pero de ahí no hay salida. Han cercado los muros, han electrificado las vallas, están destruyendo nuestros cerebros, están obstruyendo nuestras intenciones, mantienen trucados nuestros colores y engañada a nuestra razón.
¿Porqué digo esto? Por que cada día me veo ahogado en mi propio aburrimiento, sospecho que en poco tiempo mi ocio no va a tener muchas alternativas. La macrocultura ha fracasado. Ésta solamente ha creado robots (nosotros) que trabajan en cadena y cometen los mismos errores que el “Aita” cometió. Generación tras generación juramos y perjuramos que mejoraremos la especie, sólo la perpetuamos en su mediocridad infinita. Nos contentamos con ser mediócres cuando podemos ser geniales. Dentro de cada individuo hay un genio brillante que sirve para tal y para cual. El Hombre no somos multidisciplinarios, quizás por ello estamos frustrados. El cerebro y las palabras no van a la misma velocidad. Una idea necesita muchas horas, muchos debates para convertirse en realidad, a pesar de ser abstracta.
Hoy en día seguimos todavía condenados a soñar, no hay que contentarse con la mediocridad. A pesar de no haber construido este mundo, este mundo se hizo a la medida de todos.
De momento contemplemos las maravillas de la civilización que oponen a la masa simple y llana con el individuo raro y complejo. Hay que evitar olvidar que como nosotros no hay otro más. Al fin me levanté de la silla y me fui a la ducha, a limpiar mi conciencia.

Tuesday, September 12, 2006

En el anonimato

Qué felices fuímos
en aquel largo tiempo,
cuando éramos inconscientes,
cuando vivíamos, en el sueño profundo,
en el fin del sueño, en la cabeza.

La debilidad de nuestro cuerpo,
abatiendo lo nuestro.
En el momento de mirar al miedo,
en la osadía,
al querer responder a la verdad,
sin haber podido,
en el borde de la mente,
cuando se cierran los ojos.

Las cerraduras nos niegan la naturaleza,
al morir las ilusiones internas, adentro.
¿No te das todavía cuenta de que
todos tenemos las manos desgarradas?

Al afrontar a la resignación,
la tristeza,
nos relacionamos con nuestro interior.
En el final de esta cuesta, en la felicidad.

(Traducido del euskera)