Ante la prohibición del BEC

Me sonroja, me avergüenzo y reniego pertenecer a esta comunidad llamada España. Yo no soy juez, ni entiendo de derecho pero hay cosas que sobrepasan el poder jurídico y se trasvasan al ético. Hay cosas innegables en esta vida, que están aceptadas en las bases de la sociedad. El hombre es libre, aunque algunos nieguen aceptarlo. El hombre es inocente hasta que se demuestre culpabilidad. Eso es presunción de inocencia y algunos maníacos obsesivos se la saltan a la torera. Otro de los pilares de esta sociedad es que el hombre es único e individual (sin ser superior a los demás), pero que se puede reunir en grupos o asociaciones. Lo de este sábado en la localidad de la margen izquierda de Baracaldo va a ser una reunión de un grupo de hombres únicos e individuales, como cada ser de este planeta, para marcar la línea política de un partido político que representa a un sector de este escupidero de odios, iras y mentiras llamaba sociedad vasca. Ese no es el problema ya que hay tontos e ignorantes en todos los sitios, quizás yo sea uno de ellos.
Hace unos años los bien pensadores decidieron trazar una estrategia de crispación y odio para convertir a los componentes de esta suma de individuos, llamada sociedad vasca, en irracionales y rencorosos con el fin de partir esta sociedad entre los constitucionalistas, PP y algunos del PSOE que eran los buenos de la película, y los abertzales, que defienden el derecho de Euskadi a ser reconocida como estado. En este sacó entró IU, partido que defiende una república federal, y también algunos dirigentes socialistas. Gracias a Dios, los seres somos más independientes y no caímos en la trampa de la confrontación personal.
Todo esto en nombre de la libertad y de las victimas de ETA, ya que no hay más. ETA es una organización que defiende la libertad del pueblo vasco, pero que paradójicamente oprime al mismo pueblo vasco. Los bien pensantes utilizaron todo tipo de altavoces mediáticos para criminalizar al diferente. Aparte amordazaron al poder judicial, el cual defiende nuestra libertad. En estos años los guardianes de nuestra libertad cerraron periódicos, emisoras de radio y finalizaron ilegalizando partidos y asociaciones. Todo en nombre de la sagrada democracia y la unión de España. Esta táctica diseñada desde las altas esferas consiguieron el silencio del partido socialista. Pero sus ganas de ser los jueces de la verdad, les hizo cavar su propia tumba. Tenían adormilada a España, pero un error gravísimo, otro más, les llevó a la oposición. Pero dejaron en el recuerdo un par de leyes que ilegalizaban un partido llamado Batasuna por el hecho de no condenar la violencia y por pertenecer al entramado de E.T.A. ¿Para que está la libertad de expresión?
Esta ley cojea, y eso se nota. Dice que Batasuna y todos sus miembros son terroristas. Por ahora nadie está en la cárcel, no ha habido ni una detención por pertenecer a Batasuna. ¡Vaya manera de protegernos dejar a los terroristas en las calles! Tras la aprobación de aquella ley, los bienes del partido fueron embargados, sus sedes clausuradas y sus manifestaciones prohibidas y violentamente disueltas. Ese el único efecto palpable en el día a día. Después hubo elecciones y no pudieron presentarse, llegaron manifestaciones, y a pesar de que el convocante fuese anónimo, fueron disueltas, y ahora llega su congreso nacional y no pueden actuar. No se puede debatir, no se puede avanzar, hay miedo a la paz. (porqué hay muchos intereses por medio)
Durante los últimos años, tras la llegada del PSOE al poder, se ha hablado de nuevo de la posibilidad de paz. Paz y diálogo. Bonitas palabras, pero no tienen sentido en esta sociedad. Nadie quiere perder la guerra ideológica, nadie quiere perder la guerra mediática. Todos quieren paz, pero nadie quiere moverse. Además hay saboteadores que sólo buscan réditos electorales a todo precio. Quieren cavar un foso en esta sociedad. Muchos hablamos de libertad, pero no sabemos ni por dónde va.
Últimamente, los que defienden un concepto, una idea, son los primeros en saltársela. Hablan de libertad, pero sólo para ellos, nada para los demás, no existen ni existirán. Unos hablan de la libertad de un pueblo que quieren silenciar por las armas, otros intentan satanizar para después ilegalizar. Dicen que desde las alturas no se ve el cielo, y desde el Congreso no se ve la calle. La Libertad en vez de un derecho, debería de ser una obligación. ¿Para que ser libre si mi prójimo no lo es?
Yo no soy un intelectual, ni creo que lo sea nunca jamás. Además creo que lo que digo no es original, y que mucha gente lo comparte y quizás algunos que lo lean se sientan identificados o representados en mis ideas. El hombre está por encima de las ideas ya que nuestra sociedad es un grupo de personas, no de ideas. Simplemente somos el eslabón de una cadena.
Mucha culpa de esta situación y de esta impotencia la tienen muchos intelectuales. Gente seguramente de muchas luces y gran cultura y formación que en vez de pensar y decidir, se convierten en altavoces de dirigentes de altas esferas políticas. En lugar de defender al pueblo o a la verdad, estos filósofos, escritores... sólo han buscado defender a sus jefes (o caciques intelectuales) que han dictado sus pensamientos, y a las medias verdades. Estas son peores que las mentiras, ya que pueden manipular. Creo, no digo porqué no me creo poseedor de la verdad, que estos pensadores no se arrimen tanto al carné y al premio, sino a pensar e intentar solucionar el gran problema que vive Euskadi desde hace tiempo. Yo no voy a negar sus aptitudes ya que yo no soy nadie en ese campo y todavía tengo que demostrar mucho para llegar.
En fin, me da rabia que los defensores oficiales de la verdad nieguen a un grupo de personales sus derechos individuales, básicos en cualquier democracia. Yo no voy a pedir que la gente acuda al BEC porqué yo no lo voy a hacer. Y me pido a mi mismo y a la gente que esté de acuerdo conmigo que ya que velamos por nuestra libertad, velemos por la de los demás. Como dijo Voltaire: “A pesar de odiar tus ideas, daría mi vida por tu derecho a defenderlas”

Jon