Saturday, May 08, 2010

Tiempos de silencio

Agoniza la esperanza de un porvenir azul. La realidad ha posado sus tajantes garras en la morgue y ha cavado una tumba con tu nombre. Ha agregado una inscripción: “Aquí yace tu ilusión; justo AQUÍ”.

No quisiste volverme loco. Ahora callo, aunque me gustaría hablar de esta amarga agonía.

Las ventanas me impiden avanzar por los pasillos hasta ti. Me autoengaño, aún quiero ir. Pudiste serlo; voy a salir de aquí. No quiero sufrir.

Como una tempestad se agita tu recuerdo en mí. Es corto e intenso; duro e infeliz. Es una rabia contenida y liberada que se contradice en mí. Un remolino que se enciende ante ti. En tu ausencia, permanece en silencio. ¡Salid!

Caí en tu trampa, fui algo infeliz. Creí abarcar en mis manos la energía para reivindicarme ante mí. Intuí que eras demasiado grande, por eso te destruí. Tarde. Ahora en tu agonía guardo silencio y rezo por saber qué será de mí. No quiero volver a callar ante algo que sucumbí. Al final lo haré, pareces ser feliz.

Creí ser especial, lo sentí. Ahora vuelvo a ser otro más, es así. Guardaré en mi recuerdo que intenté ser feliz. Largas noches de esperanza para mí se convirtieron en rosas con espinas y en un mareo constante de esperanzas y temores por no tenerte aquí.

Ahora me olvido y me despido de ti. La resurrección no vale para mí. Sería reabrir viejas heridas que me hacen sufrir. Nací para ser libre y para ser feliz. Los humanos somos así de raros, también para ti. Seguiré mi camino e intentaré cruzarme con alguien para poder ser, de nuevo, aquel hombre que por unos días fui.

Saturday, May 01, 2010

Recogidos en la basura

He encontrado unos versos sueltos en un viejo libro de un poeta maldito.

De noche, las calles se desnudan
Hablan en silencio y los semáforos,
Colorean las oscuras cataratas del ojo.

En la ventana, el poeta aterrorizado,
Al explicar las palabras del papel
Le escribió al viento:
“quiero ir a las estrellas,
en el polvo de tus alas”

¿Hay arrepentimiento en tus palabras?
De día, las escondes en tus pesadillas
De noche, en cambio,
Las representas en tu dulce voz.

¿Es tan aguzada la amargura por lo incomprensible?
¿Y los recuerdos que nos unen?

El miedo a la derrota aunque parezca artificial,
Agujerea mi etéreo ser.
Mis deseos se fugan
saltando las transparentes vallas de la realidad,
Desaparecen en la noche eterna.

De las palabras a los hechos,
¿en el polvo de tus alas hay arrepentimiento?
De las palabras a los hechos,
¿Las llamaradas derretirán mis alas?
De las palabras a los hechos,
¿Traspasaré algún día esa ventana?